28 de abril de 2011

Crónica de nuestra Semana Santa

Pasado ya unos días, es el momento de hacer una crónica de la Semana Santa, que aunque este año ha sido un poco extraña en lo meteorológico, en referencia a nuestra hermandad, al menos, ha permitido que nuestras cofradías hayan podido realizar su Estación de Penitencia.

Así, el Domingo de Ramos amaneció esplendoroso, con el Sol brillando con fuerza y un cielo azul que nada hacía presagiar lo que ocurriría a partir de ese día.

A las diez y media de la mañana tenía lugar la Bendición de Palmas en la iglesia del Monasterio de Santa Clara, siendo esta la primera vez que se realizaba allí por parte de nuestra hermandad. El Párroco de Lucena del Puerto, don Juan José Guillén Trujillo, presidió la Bendición, así como la posterior Procesión de Palmas hasta la iglesia de San Francisco y la Santa Misa ante nuestros Sagrados Titulares, entronizados en sus pasos procesionales.
 
El Paso de Misterio en la calle San Francisco
A la conclusión de ésta, tuvo lugar el XXXI Pregón de la “Levantá”, a cargo de la moguereña doña María de la Paz Díaz Domínguez, que fue presentado por su hermano don Manuel Díaz Domínguez. Tras este Pregón y la primera “levantá” de los pasos, se daba por concluida la mañana en nuestra hermandad. Ni que decir tiene que tanto para la Santa Misa como para el Pregón, nuevamente se quedó pequeña nuestra sede canónica, siendo decenas de moguereños los que se quedaron de pie en el pasillo de la iglesia.


María Stma. de la Esperanza en su paso de palio en la calle
San Francisco

Ya por la tarde, a las seis concretamente, se abría la puerta lateral de nuestra iglesia para iniciar su caminar la Cruz de Guía, y tras ella nazarenos con palmas y niños hebreos precedían al cuerpo de acólitos y al paso de misterio, que “estrenaba” acompañamiento musical. La Agrupación Musical “Cristo del Perdón” de Guadix (Granada) hicieron las delicias de todo aquel que presenció la cofradía en algún momento del Domingo de Ramos, tanto por su calidad musical como por su vistoso uniforme, siendo la hermandad muy felicitada por este motivo, tanto por hermanos como por moguereños en general. Y tras el tramos de nazarenos verdes, el cuerpo de acólitos y el paso de palio, cuya cuadrilla brilló este año, y que junto a la Banda de Música “Hermanos Niño” de Moguer nos deleitaron con un gran trabajo. Hacer mención a que la Banda cumplió veinte Domingo de Ramos acompañando de manera ininterrumpida a María Stma. la de la Esperanza. Cómo punto a destacar fue la llegada al Convento de las Hermanas de la Cruz de ambos pasos, destacando la petalada que realizaron para la Virgen y que fue muy aplaudida por todo el que tuvo la ocasión de presenciarla, tanto por su duración como por la cantidad de flores, siendo por momentos una auténtica lluvia, como así lo atestiguan el suelo de la calle, una vez pasó el paso de palio, como el techo del mismo.

Techo del paso de palio de María Stma. de la Esperanza
tras la petalada.
El resto del itinerario transcurrió sin incidentes dignos de mencionar, aunque el ritmo de paso de la cofradía fue excesivamente lento en algunos momentos, lo cual habrá que corregir.

El Martes Santo se presentó con lluvia durante toda la mañana y la tarde, por lo que las posibilidades de procesionar con el Stmo. Cristo de la Sangre eran muy excasas. Desde última hora de la tarde se fueron pidiendo diferentes partes meteorológicos y hasta quince minutos antes de las diez de la noche se solicitaron, indicándo todos que hasta las doce de la noche había una pequeña tregua de agua, pero a partir de esa hora, el riesgo de lluvia era muy alto. Se decidió salir a la hora estipulada, realizando el itinerario previsto pero con un paso más rápido, adelantando en cuarenta y cinco minutos la entrada en Carrera Oficial, avisando tanto al Excmo. Ayuntamiento como al Consejo de Hermandades de la decisión tomada. Aún así, una leve lluvia sosprendió a la cofradía en la calle Fuente, y prosiguió por varias calles más, provocando que se decidiera aligerar el paso del cortejo lo que conllevó que se recogiese la cofradía una hora y media antes de lo previsto.