Nuevamente parecía que el tiempo quería ser el protagonista un nuevo Martes Santo más, al igual que ocurriera el pasado año. Y es que a las diez de la noche, unas nubes y una fina lluvía hizo presagiar lo peor. La Junta de Gobierno, tras las pertinentes llamadas telefónicas, decidió retrasar en media hora la Salida Procesional, anunciando la decisión a los nazarenos, quedando el cortejo formado en el interior de la iglesia de San Francisco. Pero a las diez y media seguía lloviendo, por lo que se decide, tras una nueva reunión de la Junta de Gobierno, dar una última media hora de retraso, amparados en que los partes meteorológicos anunciaban el cese de la lluvia en breve y no se reanudarían hasta el amanecer.
Y así ocurrió. A las once menos diez se abrieron las puertas y comenzaron a salir los diferentes tramos de nazarenos, a los que anteriormente se les había comunicado que el recorrido sería acortado, quedando de la siguiente manera: Iglesia de San Francisco, Plaza de la Soledad, San Francisco, Andalucía, Plaza del Cabildo, Vendederas, Plaza de la Iglesia, Almirante Hdez. Pinzón, Pasadizo, Sánchez Mora, Carrera Oficial, Fray Andrés de Moguer, Andalucía, San Francisco, Plaza de la Soledad e Iglesia de San Francisco.
Y así, poco a poco y en silencio, el Señor derramó su Sangre por las calles moguereñas, mostrando a todos su sencillez y humildad.
