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El Señor de la Sangre en la parihuela |
El título de esta noticia refleja claramente lo que se vivió ayer en la Salida Extraordinaria del Señor de la Sangre. Desde la Cruz de Guía hasta el último músico hubo respeto, austeridad, sobriedad,... a pesar de no ser Martes Santo, en el que el sello de esta Cofradía es precisamente el conjunto de las palabras anteriormente citadas. Y es que como si un Martes Santo en el mes de noviembre fuese, al paso del cortejo el silencio se hacía hueco entre las personas que aguardaban su llegada en las plazas y calles por las que transcurrió la Procesión. Como cada Martes Santo, gran cantidad de personas iban detrás del Señor. Como cada Martes Santo... el silencio.
A las 18,30 horas en punto se abrían las puertas de la Parroquia moguereña y echaba a andar el cortejo. Abría el mismo la Cruz Franciscana, escoltada por dos faroles, y tras ésta, la Hermandad de San Vicente de Lucena del Puerto, La Hermandad del Gran Poder de Lucena del Puerto, La Asociación Religiosa Hijas de María, la Hermandad de la Veracruz de Moguer, la Hermandad del Rocío de Moguer, la Hermandad Matriz de Ntra. Sra. de Montemayor de Moguer, Hermanos y Hermanas con cirios, Hermanas de mantilla y antiguos Hermanos Mayores, la Junta de Gobierno, el Cuerpo de Acólitos y el Señor, que para esta ocasión iba portado en unas andas cedidas por la Hermandad de La Fe, de Huelva.
Cuando la Cruz de Guía salía a la Plaza de la Iglesia, la Banda Sinfónica del Liceo de la Música de Moguer, que para la ocasión eligió un repertorio exquisito y acorde, comenzó a interpretar la marcha "Cristo de la Sangre". Mientras, en el interior del Templo los portadores alzaban la parihuela para llevar al Señor ante las plantas de la Virgen de la Soledad, que se encontraba en besamanos, y desde ahí dirigirse a la puerta de salida. Pasaban pocos minutos de las siete menos cuarto cuando el Señor salía de la Parroquia, que lo había acogido desde el pasado día 26 de octubre, presidiendo desde entonces el Altar Mayor para la celebración del Triduo Extraordinario y la Función Principal.
Desde ese momento y hasta la llegada a nuestra iglesia de San Francisco, momentos para el recuerdo. Como el paso del Señor por su Plazoleta, o la llegada a las Hermanas de la Cruz, que veían por primera vez en la historia al Señor de la Sangre en su Casa Conventual. Igualmente, destacar la ingente cantidad de personas que iban detrás del Señor, y que iba en aumento conforme el cortejo avanzaba.
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El Señor de la Sangre en la esquina de las
calles Tras Muros-San Francisco
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Eran las nueve de la noche cuando el Señor entraba en la iglesia de San Francisco a los acordes de "Amarguras", abriéndose paso en una iglesia totalmente a oscuras, entre las Hermandades que lo habían acompañado y los Hermanos y Hermanas con cirios, lo que hacía la escena más solemne.
Una vez los portadores lo colocaron en el lugar preparado para ello, se cantó como cada Martes Santo, "Perdona a tu Pueblo", culminando la Salida Extraordinaria con un devoto besamano, a diferencia del Martes Santo, que el Señor queda expuesto en besapie.
Desde aquí mostrar nuestro más sincero agradecimiento a las Hermandades que nos acompañaron en el día de ayer en la Salida Extraordinaria. A la Hermandad Hermana de Jesús del Prendimiento de Huelva por acudir con su Cuerpo de Acólitos a cada llamada que hace esta Hermandad. A la Banda Sinfónica del Liceo de la Música de Moguer, por volcarse con nuestra Hermandad y por los sones tan magníficos que nos regalaron en el día de ayer. A las Hermandades moguereñas del Rocío y de Padre Jesús por la cesión de los Faroles de acompañamiento de la Cruz de Guía y de los fanales para la parihuela, respectivamente. Gracias también a los vecinos por engalanar sus fachadas y balcones, al Párroco de Moguer por acogernos en la Parroquia, a José Luís Baturone por estar a nuestra entera disposición los días que lo hemos necesitado en la Parroquia, a los colaboradores de nuestra Hermandad por estar ahí cuando los necesitamos, a la Policía Local, al Excmo. Ayuntamiento de Moguer, a los portadores del Señor en el día de ayer y a todos los devotos del Señor de la Sangre que lo acompañaron y que lo llevan cada día presente.
Ya solo queda la satisfacción de haber realizado todo con el mayor interés y predisposición posible por parte de esta Junta de Gobierno, esperando que el Señor nos guíe e ilumine, como hace con Moguer, porque tal y como comenzaba esta noticia, quedó demostrado nuevamente que el Señor de la Sangre es el ejemplo de la la devoción de un pueblo.